Fusilando
a Lorca
Hace ya mucho tiempo
que no sé oler ya tu rastro.
La vida me pegó fuerte
y me dejó desmembrado.
Sin ánimo de sudar,
sin gota de amor profano,
con el hocico torcido
y recuerdos enventados.
Hace tan poco tiempo
las manos se me secaban,
sobre tu bendito cuerpo
de tanta humedad salada.
Los ánimos me devuelven
un humor de madrugada,
las ansias de vendaval
y tu entrepierna anegada.
No sé la verdad qué pasa
al cuarto para las doce,
se me pudren las caricias
y me abruma la mirada,
y un desierto de saliva
me ocupa por la mañana,
y no tengo una plaza íntima
ni perros en lontananza.
Fusilando a Lorca estoy,
y esto no puede ser
pues la luna, luna ,luna
me reclama de una vez
que en esta mañana fría
al río no la he de llevar,
porque ella sí tiene marido,
y su honor a de vengar.
Hace ya tanto tiempo
que no recuerdo tu rostro.
La vida me pegó fuerte
y el sentido se escapó,
mi olfato se me cayó
en séptica desmemoria,
y este fusil sin balas
el cráneo me destrozó,
por eso
hace tanto tiempo
que no recuerdo mi rostro,
la memoria se confunde
con el plagio y la creación
y quiero pedir perdón
pero no sé ya ni como
pues hace ya mucho tiempo
que se me fue la razón.